Dos rasgos fundamentales del carácter ruso, la preferencia por lo
maravilloso y por la libertad se manifiestan en la ciencia-ficción soviética. Sus raíces ahondan profundamente
en la vida social y política de la Rusia anterior a 1917.Desde 1911, mucho
antes de la aparición de revistas especializadas americanas, se publicaba
mensualmente en Rusia una revista de ciencia-ficción, El Mundo de las aventuras
de ciencia-ficción. Ricamente ilustrada, impresa en buen papel, la revista se nutría
principalmente de traducciones. En ella fueron dados a conocer Jules Verne, Robida, Wells, Paul d Ivoi y muchos
otros autores alemanes, italianos y polacos.
El final dela edad heroica vio nacer a un verdadero y
completo autor de ciencia-ficción, Julio Verne ruso.
Su nombre es Alexandr Beljaev, murió en 1941, dejando
unas cuarentas novelas y un centenar de relatos. Es un escritor muy «verniano»,pero con una diferencia, Beljaev
es menos materialista y racionalista que Jules Verne. Escoge temas como la telepatía
y la levitación y da de ellos explicaciones científicas o pseudocientíficas. Esta
curiosa tendencia al idealismo es, por lo demás frecuente en la ciencia-ficción
soviética.
Como la obra de Verne, la de Beljaev es extremadamente
sólida. Anticipa poco, y de forma racional e inteligente. Se encuentra en ella
pocos errores científicos.
Al igual que Verne, Beljaev se permite, a veces
asombrosa intuiciones poéticas. Fue probablemente el primer autor de
ciencia-ficción que hizo resaltar que en la luna no hay noche, porque las rocas
lunares remiten, por fluorescencia, la luz solar absorbida. Tal fluorescencia, la
luz solar es absorbida. Tal fluorescencia fue descubierta, efectivamente, más
tarde. Políticamente se ha mostrado buen profeta, en lo particular en lo que
concierne al nazismo en Alemania.
En cuanto a los valores de estilo, la obra de Beljaev
es sólo honesta. Pero provocado muchas vocaciones científicas por lo que merece
ser como uno de los fundamentos, una gran etapa de la ciencia-ficción.
Entre los grandes autores mundiales del género. sólo
uno ha ejercido una influencia que pueda ser comparada: el americano Robert
Heinlein. La vida de Beljaev fue ejemplo de valor. Nació el 22 de Marzo de
1884, en Smolensko. Soñó ser el primer hombre en diseñar una máquina volante,
cuya energía fuesen los músculos humanos el primero que pudiese volar con alas
propias. Los especialistas no han considerado una máquina volante de esa clase
del todo imposible; se han realizado tentativas en Inglaterra y con cierto
éxito. A los catorce años, Beljaev intentó el primer experimento, saltando
desde el techo. Se rompió la columna vertebral. No se pudo levantar de la cama
hasta 1922, y durante toda su vida llevó un chaleco ortopédico. Su enfermedad
tuvo frecuentes recaídas y empeoramientos, pero eso no le impidió ser primer
director de un asilo de infancia; luego inspector de policía, bibliotecario y
consejero jurídico de un ministerio. A partir de 1925 se dedicó exclusivamente
a la ciencia-ficción. Casi nunca salía y trabajaba y trabajaba con una energía
implacable. Murió de hambre durante la guerra, el 6 de Enero de 1942.Se
mantenía al corriente de todas las novedades científicas con admirable celo. No
dudaba en inventar, pero siempre partiendo de datos exactísimos. En su novela
El Ojo Submarino, aparecida en 1935, describe la televisión submarina con tal
precisión, que algunas de sus páginas podrían muy bien haberse publicado en una
obra de divulgación de 1960. En general, las novelas de Beljaev se desarrollan
en nuestros días. Pero hay excepciones. Por ejemplo, El laboratorio W está
ambientada en el año 2000, y ella está descrita una de las posibles
civilizaciones futuras de la ciencia-ficción. En el mismo libro se encuentran
ideas notabilísimas sobre la posibilidad de una prolongación de la vida humana.
Es natural, por tanto, que Beljaev se interesase por la
obra de Julio Verne. En efecto, fue el primer traductor en ruso del relato poco
conocido, de Verne que se titula La Jornada de un Periodista Americano en el
año 2889.
Transcripción hecha por Allan Carciente de la introducción del libro LOS MEJORES CUENTOS DE CIENCIA-FICCIÓN RUSA
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A la edad de 32 años contrajo tuberculosis ósea, y tuvo que pasar seis años en cama. La enfermedad se agravó varias veces, y Beliáyev, al fin, no pudo sobrevivir a las penurias de la guerra, murió cerca de Leningrado durante el cerco nazi. Su esposa y su hija fueron llevadas por los nazis a Polonia.
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Aleksandr Beliáyev
Escritor
Aleksandr Románovich Beliáyev fue un escritor ruso de ciencia ficción. Su trabajo durante los años 1920 y 1930 le valió muchos premios y la crítica lo llama aún hoy, el Julio Verne ruso. Wikipedia
Aleksandr Beliáyev
A la edad de 32 años contrajo tuberculosis ósea, y tuvo que pasar seis años en cama. La enfermedad se agravó varias veces, y Beliáyev, al fin, no pudo sobrevivir a las penurias de la guerra, murió cerca de Leningrado durante el cerco nazi. Su esposa y su hija fueron llevadas por los nazis a Polonia.